Malaz Wiki
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Memorias de Hielo
Dramatis Personae Prólogo
La chispa y las cenizas
Capítulo 1 Capítulo 2
Capítulo 3 Capítulo 4
Capítulo 5 Capítulo 6
Chimenea
Capítulo 7 Capítulo 8
Capítulo 9 Capítulo 10
Capítulo 11 Capítulo 12
Capítulo 13
Capustan
Capítulo 14 Capítulo 15
Capítulo 16 Capítulo 17
Capítulo 18 Capítulo 19
Capítulo 20
Memorias de hielo
Capítulo 21 Capítulo 22
Capítulo 23 Capítulo 24
Capítulo 25
Epílogo Paginación

La hueste de Unbrazo, en aquel tiempo, era quizás el mejor ejército que el Imperio de Malaz tenía todavía que dar al mundo, incluso a pesar de la aniquilación de los Abrasapuentes en el asedio de Pale. Sacados de regimientos dispares que incluían compañías de Siete Ciudades, Falar y la Isla de Malaz, estos diez mil soldados eran, según la lista, cuatro mil novecientas doce mujeres y el resto hombres; mil doscientos sesenta y siete menores de veinticinco años, setecientos veintiún mayores de treinta y cinco años y el resto entre ambas edades.
    Caso notable, sin lugar a dudas. Sobre todo cuando se tiene en cuenta que entre sus soldados se podían encontrar veteranos de las Guerras Wikanas (véase la Rebelión de Coltaine), del alzamiento de Aren (de ambos bandos), del bosque de Perronegro y del bosque de Mott.
    ¿Cómo se puede medir semejante ejército? Por sus obras, y lo que les aguardaba en el Dominio Painita convertiría a la hueste de Unbrazo en una leyenda grabada en piedra.

Este de Saltoan, una Historia de las Guerras Painitas,
Gouridd Palah



Llanura Visión[]

Whiskeyjack se acerca a la Mhybe, que ha tenido pesadillas en las que una amenaza sin rostro la persigue. Él le pregunta por ella, y ella dice que es la Muerte, que viene a por ella. Él intenta tranquilizarla, pero ella le maldice por ello. Más tarde recurre a Korlat, que le dice que Zorraplateada se ha retirado de su compañía. Zorraplateada se alimenta ahora de la fuerza vital de la Mhybe en serio, pero al mismo tiempo se siente abandonada por su madre. Whiskeyjack habla con Zorraplateada, que está siendo custodiada por dos marines mujeres. Él le dice que ella trae su propio aislamiento, pero ella lo desestima, pensando que es la forma natural de las cosas para los líderes como ellos. En ese momento, la Asociación Comercial de Trygalle llega con suministros para el ejército. Su entrada es dramática, ya que un diluvio de sangre de un dios ancestral brota de la senda que utilizan. Confirman que las sendas están envenenadas.

Kallor se sienta en su viejo trono mientras quema una Vela Centenaria, que ayuda a aliviar algunos de los efectos de la vejez. Piensa en la ironía de que el Dios Tullido fue convocado para deshacerse de él, y sin embargo, un milenio después, es ahora una amenaza más grave de lo que Kallor nunca fue. Gethol aparece de repente, y le dice a Kallor que la Gran Casa Cadenas se ha formado recientemente en la Baraja de los Dragones, y que necesitan un rey. Kallor se muestra despectivo al principio, pensando que la casa será asaltada y que tendrá que doblar la rodilla ante el Dios Tullido. Gethol le asegura que la Casa de Cadenas funciona independientemente del Dios Tullido. Kallor acepta con la condición de que el Dios Tullido le brinde la oportunidad de atacar a Zorraplateada.

Whiskeyjack se siente más cansado que en mucho tiempo cuando se le acerca Korlat. Hablan sobre la relación de respeto mutuo que se formó entre los Abrasapuentes y los Tiste Andii durante la época del Bosque de Perronegro. Menciona el hallazgo de un escuadrón de Tiste Andii muertos y cómo los Abrasapuentes los enterraron al estilo malazano, y que los únicos objetos de valor que llevaban encima eran trozos de tela de colores anudados y pequeñas piedrecitas. Korlat le invita a su tienda, diciendo que desea iniciar una relación con él. Hablan brevemente sobre cómo los Tiste Andii encuentran poca alegría o compañía con otros de su especie, y que los niños suelen ser el resultado del aburrimiento más que otra cosa. Whiskeyjack afirma que se siente honrado por su oferta, y muestra varios trozos de tela de colores anudados y pequeños guijarros, diciendo que los guardó para honrar a los Tiste Andii.

La Mhybe sueña que es llevada por los aires por un dragón no muerto. Cuando éste la suelta y se va volando, una voz invisible le habla. Respondiendo a su pregunta, le dice que «estamos aquí» y que los verá cuando esté preparada. La voz le dice que Kruppe visitó a Zorraplateada en sus sueños para reprenderla por abandonar a la Mhybe a su suerte. Sus palabras hicieron que Zorraplateada dejara de «obsesionarse con sus yoes». Al preguntarle si los vería, la Mhybe entra en pánico y se despierta en su tienda, llorando y maldiciendo a los dioses.

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